domingo, 23 de noviembre de 2014

Mas allá de la colina.



En el otro lado del bosque existía un reinado un poco agrisado, la gente deambulaba de un lado a otro sin animo alguno, los niños y ancianas ni siquiera querían salir a la plaza, era aquello sin alma y poco alegre, ¿y que pueblo le gustaría estar feliz cuando sus majestades gastan todo el oro de los impuestos en tonterías y en caprichos de la alta burguesía? Nadie del pueblo ni siquiera quería luchar por lo suyo, eran conformistas, les daba igual lo que pasase, es mas, algunos preferían viajar a los pueblos cercanos para escapar de la miseria sin fin.

El rey Hugo estaba en agonía de una rara enfermedad, los médicos hacían lo que podían, pero todo era en vano, talvez era lo que más entristecía al pueblo, porque una vez muerto el rey, un nuevo rey ascendía, este seria el príncipe Héctor, un tipo agrio y muy orgulloso, en todas las pinturas del castillo aparecía el, este estaba mas desesperado a que su padre muriese para poder dominar el reino, pero no encontraba la forma de que esto sucediera lo mas rápido posible sin que queden sospechas de su desesperación, ya que el no es hijo único, le seguía su hermano menor, Guillermo, este era mas tímido y callado, pero igual no dejaba de ser orgulloso como su hermano, pero al menos no lo demostraba tanto, este extrañaba a su madre que había fallecido cuando el era muy niño.

Héctor pregunto en una desesperación de poder al medico del rey, para ver si sacaba provecho de la situación.

Héctor – dígamelo ya y dígamelo ahora, ¿hay o no hay cura para mi padre?
Medico – su padre no tiene esperanza de vida príncipe Héctor, su padre empeora cada día.
Héctor – eso ha dicho cada vez que viene, cada día, cada día mas que los aldeanos que se preocupan por la salud de su amado rey.
Medico- al menos su pueblo llora su lecho, no soy sabio para saber el día de su coronaci…perdon, de la muerte de su padre.
Héctor - ¿Qué quiere decir? ¿ que sabe? ¿con quien ha hablado?
Medico - como medico de su majestad no necesito de que alguien me diga algo que yo no haya visto, se sus intenciones desde hace mucho tiempo, yo de usted busco como hacer el funeral de su padre.
Héctor - ¿Cómo hacerlo con mi hermano rondando por todos lados? También me quiero deshacer de el, ¿Qué me recomienda? ¡¡Ayúdeme!!
Medico - ¿y porque habría de ayudarle? ¿Qué gano yo en todo esto?
Héctor - ja! ¿Quiere un trato? Usted lo ha dicho, pronto seré rey, le daré lo que usted quiera con tal de deshacerme de mi padre y de mi hermano lo mas rápido posible.
Medico - no lo se, todo el pueblo se quiere ir de este condenado reino, todo se auto destruye, ¿que me puede dar usted? Oí de un rey que puede hacer oro todo cuando toca y yo como medico real puedo dar mis servicios.
Héctor - ¡¡NO ESPERE!! Hare lo necesario, usted solo dígame.
Medico - bien, ya que insiste, su deber como primogénito es avisar y dar esperanzas a este pueblo de que su padre estará bien…
Héctor - SI, SI , eso puedo hacerlo, ¿Qué mas?
Medico- ¿me dejara terminar? Bien, debe avisar en todos los pueblos cercanos, en cada rincón, en cada reino, en cada campo y llano de este bosque, con un anuncio en necesidad de una cura para vuestro rey, lo que necesitamos son misioneros.
Héctor - ¿para que misioneros? ¿Porque una búsqueda de algo que no existe?
Medico - !Vaya destino para este reino¡ con un rey como usted, mejor no me de nada, en cuanto empiece la nueva orden, me iré lo mas rápido posible, este plan es para que su hermano Guillermo se vaya junto con ellos, su hermano es mas terco, el ira hasta lo mas lejano para conseguir una cura para su padre, aunque lo encuentre, será tarde, su padre ya habrá muerto y usted ya será rey.
Héctor - OH un plan bien elaborado, empiezo a entender, mil gracias y ahora…lárguese lo mas rápido posible.
Medico - su majestad olvida rápido sus promesas, pero en fin, me largo, fue un placer haber hecho y deshecho tratos con usted..

Inmediatamente y como lo había decidido el medico real se marcho del reino hacia aquel castillo dorado, sin saber que era una caravana de carretas y una fila de aldeanos buscando una mejor vida. El príncipe Héctor mando a como lo había planeado, se divulgo a cada taberna, a cada muelle y aldeas donde se solicitaban el servicio de misioneros.

En el pueblo de delezer la joven Ivania estaba triste por su padre, su hermano Sebastian y sus amigos, ella no tenia con quien conversar, todo cuanto veía eran jóvenes vanidosas y mujeres chismosas, su madre no tenia tiempo para nada, todo era costura, agricultura, mercadeo, Ivania le ayudaba, pero en su mente te repetían las palabras de su padre y el destino que le deparaba.

Mientras ella y su madre se dirigían a la plaza, uno de los soldados del reino del rey Hugo pregunto a una de las aldeanas de delezer que ¿en donde estaban los hombres y el lider del pueblo?

Rumina - ¡ vaya al parecer nuestro querido rey sabe de las actividades que comúnmente hacemos en este pueblo!.
Soldado - señora sin animo de ofenderla, el rey esta enfermo y este pueblo esta muy alejado de los demás, he cruzado valles y senderos para poderos entregar este mensaje.
Rumina - en primer lugar, soy señorita, en segundo, como le he dicho, los hombres no están, se fueron de cacería, es temporada de osos, así que su viaje fue en vano, se puede retirar.

El soldado viendo el típico comportamiento de las mujeres del pueblo empezó a creer que los hombres mas bien se iban para no seguir aguantándoles su carácter. Ivania no pudo controlar oir al desesperado caballero y como era de palabras dulces supo dar las palabras correctas.
Ivania - buen día honorable caballero, ¿puedo ofreceros un trago de agua?
Soldado - si no es mucha molestia bella señorita.
Ivania - Ups! Lo siento mucho, me he quedado sin nada de agua.
Soldado - ya veo el porque el rey no acostumbra hablar de este pueblo, al parecer es típico llevarse un momento amargo de acá.
Ivania - no fue mi intencion hacerlo molestar buen caballero, le aseguro que no somos asi, solamente estamos desesperadas por nuestros hombres.
Soldado - ahh y es usted casada!
Ivania- no lo crea usted, soy muy joven para morir aun, me refiero a mi padre y hermano.
El soldado no sabia si seguir enojado o reír ante tan delicada mujer con un humor increíble. Creía que ya era hora de partir antes de volverse loco ante tal dicotomía.

Soldado- le creo bella doncella, pero mejor me retiro.
Ivania - ¡ESPERE! No he podido controlar el oír que tiene un mensaje del rey…bueno, si lo hice pero soy de naturaleza curiosa. ¿puedo ver ese mensaje?
Soldado- no se me esta permitido, este mensaje es para misioneros…Hombres.
Ivania- ¿hombres? Bueno, imagínese que soy un hombre y déme ese mensaje.
Soldado- me temo que es difícil imaginarse tal cosa viendo una cara tan angelical y delicada como la suya.
Ivania - Primero me dice que soy necia y ahora que soy una flor a punto de morir solo por ver un mensaje.
Soldado- no insista, mejor me marcho antes que siga.
Ivania- bueno, si usted lo prefiere, pero antes déjeme decirle que esta temporada es muy fria y los rios se han congelado y es poco probable que regrese al reino sin probar un poco de agua.
Soldado- creo que acaba de decirme que no tiene agua, ¿es usted extorsionista?
Ivania- solo con usted he cambiado de personalidad en estos 10 minutos de conversación. ¿ me lo da o no?
Soldado - que mas da, de todos me lo quitara.
Ivania - acaba de leer mi mente, es usted un genio buen caballero- demostrándole una sonrisa maliciosa y juguetona a aquel hombre que estiraba la mano para un trago de agua.

Ambos se intercambiaron lo que necesitaban, ivania permaneció callada y observo fielmente a aquel soldado alejarse del pueblo, ya que estaba tan desesperado en salir del pueblo cuanto antes, a pesar de haber cientos de personas en el mercado de la plaza, nadie escucho lo sucedido, Ivania observo por todos lados y sin despedirse de su madre quien no terminaba de realizar las compras, salio corriendo hacia un granero donde una mujer extorsionista tenia cientos de ovejas que había  sacado de unos rebaños cercanos, era tan grande cómo si fuese un baúl de tesoros, porque no necesitaba de aquellas ovejas para hacer sufrir a los pastores, claro, el pueblo de delezer no sufría de esas extorsiones porque era un  pueblo cazador y no de pastoreo.

Ivania reviso si no habia nadie, pronto entro y reviso el mensaje que decia:


                                   DE SU MAJESTAD, EL REY HUGO.
                                           AL PUEBLO PRESENTE.


Os saludo con abrazo fraternal y doy esperanza de prosperidad en sus negocios, el presente mensaje es en la necesidad de misioneros, en la búsqueda de una cura para su real majestad, en vista del lecho en que estoy, pido piedad a aquellos Hombres dispuestos a que den su vida por encontrar dicha cura.

Ivania - ja! Hombres, ¿Por qué solo piden Hombres? Al menos el mensaje es claro que solo sirven para morir por una cura.

Seguia la carta:
Ofrezco una recompensa de una bendicion real impuesta por el rey, además de una suma de dinero para que prospere en su vida.

Ivania se mostro decepcionada ante tal mensaje que tanto le habia costado conseguir, quedo en silencio por un buen raro, resoplo buscando una alternativa, era obvio que queria ir, pero se preguntaba ¿Cómo?

Ivania- ¿Qué hago? ¿mis padres se enojaran si voy? Pero el rey solo quiere hombres, seria en vano la desobediencia, ¿pero y si voy solo para intentar convencerle? ¿y si es el destino que mi padre me menciono?

Aquel momento fue el mas calmado de Ivania, se levanto del suelo donde estaba, fue camino a casa para ver como le explicaba a su madre, su única excusa era que el pueblo era importante para el rey, pero sin hombres, el reino podría caer en luto.

Sara - hija  ¿Qué te paso? ¿Por qué te fuiste y me dejaste sola? ¿te paso algo? ¿Qué es esa carta? ?¿es de tu padre? ¿ ¡QUE LE PASO!?
Ivania - madre no sobre actúes, no es nada, solo una carta del rey solicitando…PIELES!! SI, PIELES DE OSO!!
Sara - ¿Qué acaso no tiene suficiente?
Ivania - NO!!…ejem… no, es especial, es para el príncipe Héctor, ya sabes, para cuando sea rey.
Sara - ummmm, bien, vamos, necesito unas cosas también, tal vez allá si tengan botas para tu padre, ya ves que cada año se le arruinan.
Ivania- Nooo madre, esteeee, no podemos ir las dos, alguien necesita de estar aca para cuando de verdad llegue una carta de padre.
Sara- pero si siempre vamos juntas a todos lados…pero creo que ya eres mayor para cuidarte sola, además seria una prueba para tu padre, que descubra que puedes forjar tu destino.

Sara empaco provisiones para Ivania en su camino al castillo, Ivania estaba a punto de decirle la verdad, pero era su única oportunidad de demostrar que era capaz de seguir su destino. Ivania se despidió de su madre y empezó a caminar en aquella colina que tanto anhelaba tocar el césped, solo que lo quería hacerlo junto a su padre y el sentir aquella brisa soplando se dijo si misma:

¡Esto es sentirse libre por primera vez! Estoy tan cerca de ese mundo externo, a eso tan grande me atreveré, aquí estoy por fin podré hacerlo. Mi vida empieza así…

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